Trabajo

En el amplio sentido de la palabra, el trabajo es cualquier actividad contraria al ocio, refiriéndose al esfuerzo humano aplicado en pro de la obtención de ganancias, generalmente, dinero, por lo que su finalidad se entiende como de origen económico, productivo y/o social.

¿Qué es el trabajo?

Desde el punto de vista de la economía, el trabajo es el término por el que se conoce a las horas que una persona dedica a la producción de bienes o servicios, o en su defecto, al esfuerzo que supone su comercialización y venta.

Junto a la tierra, la tecnología y el capital, el trabajo representa uno de los principales factores  productivos, ya que en gran medida, el rendimiento de la producción estará vinculado a la forma en la que se combine con el resto. 

En palabras más simples, el trabajo es cualquier esfuerzo humano detrás de la organización y desarrollo de toda actividad económica, desde la jornada del jardinero en el mantenimiento de áreas verdes, hasta el tiempo que el profesor dedica a enseñar a sus alumnos.

Sin duda, el trabajo ha sido parte de la raza humana desde su creación. Ha venido evolucionando junto con ella y hoy en día se han incorporado tecnologías llamadas maquinarias para ayudar al hombre con trabajos que se consideran riesgosos o de alto esfuerzo físico.

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Origen del trabajo

Más de la mitad de la población actual del planeta, realiza algún tipo de actividad que puede ser denominada como trabajo o labores para ganarse el sustento con base en su esfuerzo.

Este esfuerzo, puede ser sin duda físico o intelectual. Tan demandado por las empresas privadas e institucionales oficiales hoy en día. En realidad, son muy pocas las personas trabajadoras que se han llegado a preguntar alguna vez, cómo y dónde la humanidad comenzó a trabajar.

Muchas veces estamos tan colapsados de trabajo, que pareciera que la práctica en sí misma no diera tiempo para que pensemos el porqué somos trabajadores.

Sin embargo, todos juntos, como un sistema de engranaje, somos una parte fundamental de la increíble historia de la evolución del desarrollo humano.

Al abarcar tantos ámbitos, resulta un poco complejo delimitar el origen del trabajo; sin embargo, el concepto ha existido a lo largo de la historia bajo formas de organización social. Ahora bien, si se trata de marcar un punto en el que aparece el trabajo como asalariado, coincidiría con la revolución  industrial durante el siglo XIX.

Anteriormente también se le conocía con los apodos de proletariado, peones, empleados a todos aquellos campesinos que fueron trasladados a las ciudades para trabajar en las empresas de los burgueses a cambio de unas cuantas monedas y una vida muy miserable.

En la actualidad, esta modalidad coexiste junto a otras formas de trabajo, desde el autónomo realizado por comerciantes y profesionales liberales, hasta el informal que carece de control del fisco.

Características del trabajo

La primera característica distintiva del trabajo es su carácter definido. Es decir, demanda aclarar los objetivos y la estrategia o pautas a seguir para su  ejecución; a ello se le suma que es:

  • Orgánico: cambia constantemente ajustándose a los nuevos recursos, tecnologías  y entornos, pues no se trata de una actividad fija o eterna. 
  • Consciente: indistintamente de la índole, realizar un trabajo demanda la aplicación de conocimientos, habilidades y/o capacidades, por lo que se tiene plena consciencia además de un mínimo nivel de lógica y adecuación. 
  • Objetivo: todo trabajo persigue una meta, por regla, generar dinero o alguna clase de riqueza; sin embargo, también puede  tener como objetivo la satisfacción de las necesidades a través de mejor estatus, recursos, libertades o capacidades.  
  • Dignificante: trabajar le da sentido a la vida, aportando satisfacción y gratificación al brindarle un propósito diario, al tiempo que inserta a las personas en ambientes sociales. 

Objetivos del trabajo

Resulta que el trabajo es una piedra fundamental en la base económica de toda sociedad y por ende, ha estado acompañando la historia de la evolución del hombre a lo largo de los años.

El trabajo, en el sentido más literal, está asociado al dinero. Esto, debido a que mayormente es una actividad contraria al ocio y que persigue un fin económico y también productivo. Entonces, sabiendo esto, podemos enumerar a continuación los principales objetivos que persigue la sociedad a través del trabajo:

  • Aplicar esfuerzo y habilidades aprendidos en instituciones educativas o técnicas, así como también el unir capacidades con sus semejantes.
  • Percibir el sustento personal y de las personas que se puedan tener a cargo. Como por ejemplo: hijas, hijos, esposos, padres, etc. Esto, mediante la recompensa por el esfuerzo mental o físico que conocemos como salario.
  • Perseguir un estatus económico, de aceptación, liderazgo empresarial o cierto tipo de condiciones y libertades.
  • Tener un propósito diario y a su vez dignificar en sentido personal de cada ser humano. Cada trabajador busca emociones de satisfacción y gratificación laboral para consigo mismo.
  • Evitar los trabajos inmorales e ilícitos.
  • Encontrar un nicho donde encajar a nivel laboral y social, según corresponda su habilidad y experiencia, con remuneración acorde a la expectativa.

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¿Cuáles son los tipos de trabajo?

En líneas generales, es posible dividir el trabajo en dos grandes tipologías:

Trabajo físico

Corresponde al tipo de trabajo que resulta de las actividades manuales o de fuerza, ejercidas por el trabajador; tal es el caso de la labor que desempeña un albañil o la temporera encargada de recolectar uvas de cara a la vendimia.

Trabajo intelectual

A diferencia del anterior, es el trabajo en el que el esfuerzo es de tipo mental, normalmente aportando ideas; por ejemplo, la labor de un escrito, o la propuesta de un diseñador de marca ante un cliente.

Cabe acotar que tanto la medición como el control de ambas tipologías difieren notoriamente; mientras en el primero la medición se relaciona con el nivel de producción y es un supervisor el encargado de ofrecer las instrucciones, en el segundo, todo se vuelve más subjetivo, conllevando a que los resultados sean consecuencia de la aplicación del conocimiento.

Nuevas forma de categorizar el trabajo

Si bien la tipología anterior es la más estándar, existen otras maneras de categorizar el trabajo, una de ellas es: 

  • Trabajo autónomo: mejor conocido como freelance, corresponde a las actividades realizadas por una persona sin depender de empresas o terceros que las gestionen.   

Esta es una modalidad de trabajo que ha venido creciendo en los últimos años, mayormente entre las personas jóvenes. La demanda de puestos laborales se ha vuelto un dolor de cabeza para muchos y es cuando deciden ser autónomos y trabajar por cuenta propia.

  • Teletrabajo: esta modalidad goza de gran aceptación y preferencia en la actualidad, consiste en la posibilidad de desempeñar la profesión sin necesidad de acudir a oficinas o lugares habituales de trabajo pues se realiza desde casa.

Es una modalidad que creció exponencialmente en respuesta a la situación actual del mundo, en general. Muchas empresas tuvieron que cerrar sus puertas y sus empleados seguir sus labores desde casa, sin perder la puntualidad ni la eficiencia.

  • Trabajo infantil: esta última categoría se refiere a las actividades llevadas a cabo por niños y adolescentes por debajo de la edad mínima que la ley de cada país estipula para trabajar.

Diferencia entre trabajo y empleo

Aunque los términos se utilicen como sinónimos, lo cierto es que el desarrollo de algunas pueden cambiar radicalmente sus respectivos significados; se habla de empleo cuando obligatoriamente existe una remuneración, lo que no sucede con algunas clases de trabajo que se ejecutan sin retribución económica alguna.

Para entenderlo mejor, se toma el ejemplo de un ama de casa, donde las tareas que realizan pueden verse como un trabajo, pero nunca pasar por empleo, pues no existe remuneración económica; del mismo modo, no se considerará empleo al trabajo voluntario, o cualquier otro ofrecido para ayudar a terceros.