Motivación Laboral
Trabajador motivado es igual a trabajador eficiente, esta frase, revela una de las realidades de mayor relevancia dentro de cualquier entorno laboral; motivar a los empleados debe ser una tarea básica del liderazgo, pues permite optimizar el rendimiento y fortalecer el compromiso de la plantilla.
¿Qué es la motivación laboral?
Se refiere a la capacidad con la que los líderes o encargados de la gestión del personal, mantienen implicados a sus empleados con el objetivo de sacarle el mayor partido a su rendimiento en pro de los objetivos empresariales que contempla la empresa u organización.
En palabras más simples, se habla de una herramienta clave en el incremento de la productividad empresarial y el trabajo del equipo, pues el empleado crea un compromiso voluntario que les impulsa a dar lo mejor de sus competencias en las actividades que realiza.
Características que definen a la motivación laboral
El principal aspecto que define al concepto es la eficacia que ofrece en términos de incrementar la productividad de una empresa u organización, pues genera un impacto positivo en los empleados; del mismo modo se caracteriza por:
- Ir más allá de la remuneración económica, demandando establecer un vínculo real entre el empleador y el empleado.
- Fomentar las relaciones interpersonales, logrando así equipos de trabajo que laboran en armonía.
Factores que influyen en la motivación laboral
Son múltiples los factores que tienen influencia en el nivel de motivación de los trabajadores; sin embargo, los más evidentes resultan ser:
- Puesto de trabajo: un trabajador no solo debe sentirse cómodo con la labor que desempeña, sino también valorado y con la posibilidad de crecer.
- Condiciones laborales: salarios, prestaciones y horarios influyen tanto como el ambiente en el que se desarrolla la labor; está comprobado que un contrato de trabajo justo, anidado a un clima laboral agradable, promueve la satisfacción de los trabajadores y por ende, su rendimiento.
- Autonomía en el trabajo: las presiones y el estrés, son enemigos de la productividad, conviene en su lugar confiar en el empleado dándole responsabilidades y fomentando su participación a través del aporte de ideas.
- Onboarding: este proceso tiene un objetivo claro, integrar al nuevo empleado haciéndolo sentir parte de la empresa desde el primer momento.
Tipos de motivación
De la misma manera que sucede al momento de brindar una definición del concepto, pueden conseguirse diferentes formas de catalogar la motivación laboral, siendo tres las principales tipologías: en función de su origen, de su carácter y del nivel de necesidad.
Motivación según el origen
De acuerdo a esta tipología la motivación laboral puede ser:
- Intrínseca: donde no hay influencia por parte de la empresa u organización ya que proviene de factores internos individuales.
- Extrínseca: haciendo referencia a la motivación inducida por elementos externos, por lo que demanda la actuación de la empresa valiéndose de diferentes herramientas, por ejemplo, mejoras en el salario.
Motivación según el carácter del estímulo percibido
Esta categorización conlleva a diferenciar dos tipologías claras:
- Positiva: siempre que el factor que la desencadena se presente bajo forma de reconocimiento, recompensa o premio.
- Negativa: si el detonante que motiva la conducta se vincula a factores negativos, por ejemplo un castigo o amenaza.
Motivación según el nivel de necesidad
Las últimas tipologías de motivación laboral que pueden distinguirse se vinculan al nivel de necesidad experimentado por el individuo, teniéndose:
- Motivación primaria: asumiendo que se trate de una conducta en pro de la autosatisfacción de las necesidades básicas.
- Motivación social: si el impulso es consecuencia del deseo de encajar en un determinado grupo social.
Importancia de la motivación laboral
Indistintamente de la índole, ramo, sector, tamaño o clase de una empresa, negocio u organización, la motivación laboral se convierte tanto a corto como largo plazo, en factor clave de su crecimiento. Esto se evidencia en la serie de ventajas que le dan forma a su importancia, siendo las principales las enumeradas a continuación:
Imagen que refleja eficiencia y competitividad
Mostrar preocupación por los intereses de los trabajadores, y promover su motivación, implica compromiso el compromiso de la empresa u organización, ya que refleja una imagen positiva, en simultáneo que la hace más competente.
Disminuye los inconvenientes
Si bien no se trata de una herramienta que garantice la paz, la desmotivación de los trabajadores es directamente proporcional a ambientes de trabajo hostiles o donde imperan las bajas laborales, el absentismo e impuntualidad, por consiguiente, pérdidas económicas.
Fortalece el compromiso con la empresa e incrementa el rendimiento
Sentirse valorado como empleado, no solo promueve una mejor relación con los superiores, sino que afianza el compromiso para con la organización, lo que repercute positivamente en los resultados pues querrá siempre dar lo mejor de sí y rendir más.
Mayor capacidad de contratación
En un nivel de competitividad como el existente en la actualidad, importa igual el mantenimiento de los valores y empleados productivos, que el contar con la capacidad de competir contra homólogos al momento de captar profesionales de calidad.
Evitar la fuga de cerebros
Como se comentaba, la desmotivación conduce a ineficiencia, absentismo y peor aún, fuga de cerebros, pues será un riesgo latente para el empleado, la tentación de abandonar la empresa en busca de un mejor futuro laboral.
Consejos prácticos para implementar la motivación laboral
Son diversas las técnicas que permiten la implementación y el impulso de la motivación laboral en los empleados; ahora se enlistan cuatro de las más destacadas y prácticas:
Definir objetivos y funciones
La primera forma de motivar al trabajador se vincula igualmente a la promoción del trabajo en equipo, puesto que consiste en especificar no solo lo que tiene que hacer, sino el tiempo que dispone y los objetivos a nivel personal, del equipo en el que forma parte y de la empresa u organización en general
Poner en práctica una política de incentivos
El reconocimiento motiva a querer esforzarse más, aunque suene repetitivo es una realidad palpable, está comprobado que empresas u organizaciones que premian a sus empleados por logros alcanzados, motivan a que estos – y el resto – se sigan esforzando; no necesariamente tiene que ser a través de la remuneración, o en términos económicos, un viaje o vacaciones, son también excelentes ideas.
Organizar la plantilla en función de las competencias
Ocupar un puesto que limita las capacidades, conocimientos o habilidades desencadena desmotivación y frustración, esta es la razón por la que una excelente manera de motivar viene de la mano de la correcta asignación de los puestos de trabajos en función de las competencias.
Promoción laboral
Cualquier empresa que quiera empleados eficientes tiene el deber de facilitar su promoción laboral, es decir, brindarle las herramientas que permitan mejorar su formación y la posibilidad de ir escalando posiciones dentro del equipo de trabajo, o simplemente aspirar a un mayor sueldo.
Los enemigos de la motivación
Conocer las pautas para sacarle provecho a la motivación laboral servirá de poco, si no se conocen los errores y sesgos que, de forma inconsciente o no, terminan estropeando el proceso, estos son:
- Deficiencias en la dirección, es decir, que no exista una transmisión e implantación adecuada de los objetivos, o en su defecto, que de estar claros no se encuentren bien organizados ni dirigidos
- Desconfianza hacia las competencias del responsable del equipo o su directiva, ya que no existirá motivación alguna, si el empleado no siente que puede aprender de sus líderes.
- Demasiada presión o control, error bastante común hoy en día y que se evidencia en el hecho de ser España, el país de la Unión Europea con la jornada laboral de menor rendimiento por hora trabajada, aun siendo la más larga. Un empleado presionado termina por frustrarse y perder la iniciativa propia al punto de ralentizar los procesos.
- Remuneración inadecuada, ningún empleado se mostrará más motivado que aquel que siente que su trabajo es valorado, siendo una retribución acorde a su puesto y nivel de responsabilidad, la mejor manera de expresarlo.
- Trabajadores quemados, o lo que es igual, empleados cansados, hartos y capaces de enturbiar el ambiente al transmitir sentimientos negativos a los demás, enfermedad laboral que se conoce como síndrome de Burnout.
- Monotonía y ausencia de futuro laboral, a fin de cuentas ¿quién querrá esforzarse en un puesto de trabajo o labor a la que no se le ve prospección profesional o crecimiento?