Economía política
Es mucho lo que han evolucionado las leyes económicas que rigen la producción y el desarrollo de sus relaciones sociales; por suerte, existe una ciencia histórica que se encarga de revelar cada detalle al respecto y lleva por nombre Economía Política.
¿Qué es exactamente la economía política?
Se denomina así a la rama de la ciencia económica que, considerando variables políticas y sociales, se encarga del análisis de la administración de la economía desde la perspectiva de los Estados.
En otras palabras, ofrece una perspectiva clara de la relación existente entre el poder político y la economía de una nación, estudiando la forma en la que, desde su Gobierno, se organiza en las diferentes sociedades la producción, distribución, intercambio y consumo de los bienes y servicios.
Características que definen a la economía política
El principal aspecto característico de la economía política es que estudia las relaciones de la ley, costumbres y gobiernos, respecto a la producción y el comercio, del mismo modo:
- Tiene su origen en la filosofía moral presentando un enfoque histórico en el que se valoran las corrientes de pensamiento precedentes a fin de conocer las fallas y/o aciertos.
- Contribuye al entendimiento de la forma en la que los Gobiernos deciden sus políticas fiscales y monetarias.
- Es una ciencia histórica e interdisciplinaria, no se basa solo en variables económicas, sino que incluye las vinculadas a la sociología y de la política.
- Surge de la necesidad explorar la manera en la que los Estados administraban sus riquezas
- Está vinculada al análisis de la distribución de la riqueza e ingreso nacional
- Sus primeros trabajos estuvieron a cargo de eruditos y fisiócratas.
Historia de la economía política
Se considera que es en la doctrina del mercantilismo del siglo XVI, donde inicia lo que hoy se conoce como economía política; de acuerdo a ella, la riqueza de un país se incrementaba a la medida que acumulaba mayor cantidad de piedras preciosas, postulando la necesidad de lograr una balanza comercial positiva.
Un siglo más tarde, nace una nueva corriente que contraria al mercantilismo, adjudicaba a la naturaleza como fuente de riqueza, específicamente a la agricultura. Sin embargo, la visión propuesta por la fisiocracia no duró demasiado, en el siglo XVIII, Adam Smith cambia radicalmente la forma de manejar el tema.
Según Smith, la riqueza de un país es producto del trabajo humano, por lo que a modo groso, su recomendación se basaba en una invitación al Estado a permitir que los agentes persiguieron individualmente su propio beneficio económico, naciendo así lo que se denomina economía política clásica
El siglo XIX trajo consigo un nuevo enfoque en lo concerniente a la distribución de los excedentes económicos; de acuerdo a Friedrich Engels y Karl Marx, una de las peores consecuencias de dejar los medios de producción a agentes privados era la diferenciación de clases sociales y explotación del proletariado, lo que no sucedería bajo el control del Estado.
Es entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, que se postula una nueva perspectiva respecto al valor de los bienes, rompiendo el la teoría que lo vinculaba al trabajo, relacionándolo a factores a la influencia de diversos factores, principalmente la escasez y su nivel de utilidad.
Esta etapa se denomina economía política neoclásica, misma que además abandona a la producción de bienes como eje central de la economía, al sustituirla por el resultado de la dinámica que posibilita su intercambio dentro de cualquier mercado equilibrado.
Conceptos centrales de la economía política
El objetivo clave que persigue la economía política no es otro que el estudio de las relaciones establecidas por los individuos a fin de organizar la producción colectiva, en específico, las que se evidencian entre los dueños de los medios de producción, y quienes carecen de ellos.
De acuerdo a ello, se diferencia radicalmente de la economía del valor subjetivo u ortodoxa, puesto que sale del esquema de una actividad económica enfocada en los precios como factor determinante en la producción y el consumo, considerando que la misma es resultado directo de las necesidades de supervivencia y reproducción de los individuos, y de la forma en la que estas son afectadas por determinaciones legales, culturales y técnico-científicas, de la comunidad en la que hacen vida.
Este modelo, se aparta un poco de los lineamientos previos, separando los conceptos de valor y precio, promulgando que el primero corresponde a la expresión del trabajo que incorpora la mercancía, y el segundo no es otra cosa que la tasación de dicho valor dentro del mercado.
Según este enfoque, resulta fácil delimitar dos sectores específicos dentro de cualquier país: el privado y el público; se habla de sector privado cuando el intercambio privado es efectuado en el mercado siempre que se sujeten a los lineamientos legales que validan a la propiedad privada.
Por su parte, se dice que es sector público cuando en la economía de mercado, existe la intervención del Gobierno sea por medio de políticas, o intercambios directos.
Paradigmas generales de la economía política
En líneas generales, las grandes escuelas de la economía política debaten entra la adopción de dos paradigmas, que si bien difieren entre sí, pueden relacionarse en los extremos:
Paradigma de la distribución
Las teorías que se sustentan en la adopción de este paradigma se basan principalmente en delimitar la manera en la que deben distribuirse los costos y beneficios sociales; sin embargo, algunas de ellas, se enfocan más hacia el análisis de la distribución de los costos y beneficios del capital.
Ejemplos claros de estas teorías son:
- Liberalismo
- Anarquismo
- Socialismo
- Conservadurismo
- Comunismo
Paradigma de la producción
A diferencia del paradigma anterior, las teorías enmarcadas en el de la producción tienen como núcleo central los fundamentos y las bases que les permiten a las diferentes sociedades qué, y de cuál forma producir.
Algunas de las teorías que acogen al paradigma de la producción son:
- Comunitarismo
- Colectivismo
- Individualismo