Capitalismo corporativo

A partir del siglo XV, la sociedad europea inicia una transformación en su forma de organización económica. Los medios de producción comienzan a ser propiedad privada, las personas pueden ser dueñas de las herramientas, de las tierras, de los mecanismos para producir y sobre todo de los bienes que producen; antes pertenecían a la monarquía o a la iglesia (sistema feudal). Estas son las bases del nuevo sistema, el capitalismo.

Con el desarrollo de la Revolución Industrial, surgen iniciativas particulares y asociaciones de individuos, para producir bienes y servicios que son vendidos en el mercado, a los cuales todas las personas pueden acceder, para satisfacer sus necesidades. Nacen las empresas o asociaciones que delimitan jurídicamente sus derechos para dar uso y forma al capital que han logrado obtener, reproducir y acumular.     

Pero este sistema no se ha mantenido estático y con las mismas características a lo largo del tiempo y, tampoco, es semejante en todos los países que rigen sus economías basándose en los principios liberales propios del capitalismo.

En la actualidad, muchos países desarrollan su economía dándole una especial importancia y protagonismo a las corporaciones o empresas, con lo cual, el capitalismo es corporativo.

Qué es el capitalismo corporativo

Es una variación del capitalismo clásico, que se utiliza en el ámbito de la economía para hacer referencia a la dominación que ejercen las grandes corporaciones burocráticas en el funcionamiento del mercado y el manejo de las riquezas, comportamiento que se encuentra amparado desde un punto de vista legal para la necesaria obtención de ganancias.

Como se trata del poder de las corporaciones, es prudente señalar, que una corporación se define como un “grupo de empresas y sociedades que realizan diversos trabajos y servicios de manera independiente con el fin de conseguir un enriquecimiento común”

En este sistema, las corporaciones y empresas tienen una enorme importancia, dado que monopolizan el poder económico, al punto de alcanzar la protección del Estado, el cual podría hasta impedir la competencia con otras empresas. Es tanto el poder que llegan a alcanzar estos entes privados, que logran influir en las políticas gubernamentales para que la balanza siempre se incline a su favor.  

Este panorama, ha generado la opinión de especialistas en materia política y social, que señalan que este comportamiento es contrario al espíritu de los principios democráticos, basados en las relaciones con igualdad de condiciones entre los miembros de una sociedad.

capitalismo corporativo

Características del capitalismo corporativo

  • Dominio económico de grandes empresas que son altamente industrializadas.
  • Los dueños de capital pueden invertir sus recursos con responsabilidad limitada, prebenda que ha sido política de estado.
  • La industrialización imperante conlleva a la apología de la tecnología, en todas las esferas del proceso económico, como, por ejemplo, medios de transportes más avanzados.
  • Origina que los trabajadores de países con economías empobrecidas, como las africanas, y la mayoría centroamericanas, migren hacia países desarrollados con gran auge de corporaciones. Esto trae enormes consecuencias sociales, de diversa índole, establecimiento de asentamientos en ciudades que por lo general son deprimidos e ilegales.
  • Mayor organización sindical por parte de los trabajadores, que se mantienen en lucha colectiva por el respeto de sus derechos y el logro de mayores reivindicaciones salariales y laborales.
  • En el capitalismo corporativo, la producción de bienes y servicios es dominada por empresas poderosas, así como también el mercado laboral, lo que sucede en los países de mayor desarrollo económico. Sucede, porque sus sistemas económicos están abarrotados de propiedad privada, pero no todos tienen el mismo poder que, por su puesto, poseen el control de los factores de producción y demás medios que les generan cada vez mayores ganancias (más acumulación de capital)

Ejemplo del funcionamiento del capitalismo corporativo

Las corporaciones pueden transformar su naturaleza privada en pública, manteniendo intacta su organización jerárquica.

Esto quiere decir, que una corporación que quiera realizar una gran inversión sin tocar su capital social o capital contable, puede vender parte de sus acciones al público y reunir ese capital que necesitan para financiar su inversión. 

La empresa seguirá siendo dirigida y administrada, por los gerentes que los accionistas designan; igualmente, las decisiones seguirán siendo tomadas por los altos ejecutivos.

Este hecho, permite señalar dos aspectos que reafirman que la obtención de riquezas es la base del sistema:

  • Con el capital que logran reunir, realizan otras inversiones, cuyas ganancias no serán para ese público que compró esas acciones, sino para los accionistas dueños.
  • La empresa aumentará su capital, por lo que los dueños también aumentarán su capital, es decir aumentarán sus riquezas.
  • Los empleados no probarán las mieles de esas ganancias.

 Si los accionistas, en lugar de vender acciones al público, solicitan financiamiento a un banco, el cual, por disposiciones gubernamentales establece muy bajos intereses para la inversión, en un mediano plazo obtendrán ganancias y sus riquezas seguirán aumentando.

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Críticas al capitalismo corporativo

Tomas Jefferson, considerado uno de los padres de la democracia estadounidense, cuando ocupó el cargo de presidente de los Estados Unidos entre 1801 y 1809, periodo del pleno apogeo del capitalismo, visualizó, que las corporaciones desafiaban al gobierno y pretendían quitarle poder político y hacerse de todo el poder económico.  

Igualmente, Franklin Roosevelt, presidente número 32 de los Estados Unidos, desde 1933 hasta su muerte en 1945, también advertía sobre las consecuencias que podría traer para la democracia, el crecimiento del poder en manos de los poderosos dueños de la propiedad privada. Consideraba que eso sería fascismo, que un individuo, grupo o cualquier otro ente privado, quiera tener el mismo poder que el estado o quitarle el poder al estado.

En este sentido, en la actualidad vemos como las grandes corporaciones y empresas, ejercen una gran influencia y poder sobre quienes son responsables de elaborar, ejecutar y supervisar el cumplimiento de las políticas públicas. Esa influencia va orientada a conseguir que las decisiones y medidas gubernamentales les apoye y favorezca.

En términos de política electoral, los dueños de grandes capitales también financian campañas de candidatos que optan por altos cargos públicos, como presidencias, gobernaciones, ayuntamientos; para después “pasar factura” si logran ganar. Estos seguramente, agradecerán y retribuirá el financiamiento con decisiones económicas favorables para ellos.

Las pequeñas y medianas industrias/ empresas, se ven afectadas constantemente por el poder de las grandes corporaciones, que limitan su crecimiento y progreso.  

Mientras que los ejecutivos y accionistas, obtienen jugosos ingresos, los empleados deben conformarse con un salario ofensivo. Este tipo de situaciones tan injustas, amenaza constantemente la legitimidad del capitalismo.  

Otras analistas más radicales con la causa social, señalan que este tipo de capitalismo también promueve las desigualdades dentro de la sociedad, el desempleo y las condiciones laborales adversas a los derechos de los trabajadores.

Por su parte, los defensores de la causa ambientalista consideran que el capitalismo corporativo es un sistema que conlleva a la destrucción del medio ambiente natural, debido a que, en su afán por obtener riquezas para los grandes empresarios, desarrollan métodos de desarrollo económico que sobreexplotan los recursos naturales, lo que afecta gravemente la naturaleza.

A la cultura corporativa le hace falta ética; es una opinión generalizada de los críticos del capitalismo corporativo. Más aún cuando sus defensores acérrimos señalan que el éxito de las corporaciones es gracias al profesionalismo, talento e ingenio del liderazgo empresarial y, por ello, merecen mayores retribuciones. Pensar esto es un error. Porque la riqueza que genera una gran corporación, es un logro colectivo; es producto del aporte que realizan todos quienes forman parte de ella y del valor que cada quien agrega a su trabajo.