Bienes Raíces

Los bienes raíces tienen la particularidad de no poder trasladarse, entendiéndose que se abrigan bajo el concepto aquellos que por su naturaleza no pueden moverse – como es el caso de los terrenos, edificios y otro derivados de estos que se encuentren sujetos a la tierra – de ahí que suelen confundirse con bienes inmuebles, mereciendo la pena aclarar las diferencias.

¿Qué son exactamente los bienes raíces? 

El término, sirve para referirse a la tierra o terrenos delimitados incluyendo cualquier estructura que se erija sobres estos, e incluso, aspectos vinculados al área, por ejemplo, recursos naturales y minerales.

Esta es la razón por la que el concepto suele confundirse con la descripción de bienes inmuebles, que si bien la definición viene siendo prácticamente la misma al ser estos una propiedad física dentro de un terreno, discrepan por el hecho de no limitarse a la simple estructura construida sobre él, abarcando muchos más aspectos.

Principales características de los bienes raíces

Como se puede asumir considerando el concepto anterior, esta clase de bienes tiene como principal característica su vínculo estrecho con el suelo, tanto desde el punto de vista físico, como del jurídico al ser inseparables en términos legales. 

Esta es la razón por la que aeronaves acuáticas y buques se consideran bienes raíces, pues una vez desligados de la superficie marítima, quedarían sin funcionalidad alguna.

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Son activos fijos

Otro punto distintivo de los bienes raíces – sobre todo, respecto a los inmuebles – es su consideración como activo fijo dentro de la contabilidad y finanzas de las empresas, por lo que cualquier añadido o reforma que mejore su valor se incluirá en el concepto.

Tipos de bienes raíces

Queda claro que encasillar el término “bienes raíces” no resulta nada sencillo, puesto que comprende diversos parámetros y aspectos; atendiendo a ello, se clasifican o dividen en tres grandes categorías que si bien están relacionadas entre sí, tienen su propio enfoque permitiendo una clara diferenciación:

Bienes residenciales

Corresponde a los bienes raíces destinados a servir de vivienda, aun en los casos donde sean arrendados o utilizados como local comercial, pues mantienen el estatus que le confiere su distribución y propósito inicial; este es el caso de apartamentos, casas, fincas, unidades y condominios.

Bienes comerciales

A diferencia de los bienes anteriores, los bienes comerciales son aquellos que, considerando su ubicación y distribución interna, persiguen un uso comercial o empresarial, indistintamente que se trate de bodegas, apartamentos u oficinas.

Esta es la razón por la que los bienes de este tipo, suelen estar localizados en puntos estratégicos, es decir, se emplazan una zona que les permita cumplir con su esencia.

¿Es posible transformar un bien residencial en uno comercial?

Sí, pero demanda la ejecución de una remodelación lo suficientemente drástica para cambiar las características que le hacen un bien residencial; del mismo modo, aunque en menos ocasiones, puede darse la transformación a la inversa, pasar un bien comercial a uno residencial. 

Bienes industriales

Atendiendo a que se prestan para ser utilizados como empresas, la tercera categorización de los bienes raíces, tiende a ser confundida con los bienes comerciales; sin embargo, el punto diferencial entre ambos radica en el tamaño, puesto que los de tipo industrial son regularmente mucho más grandes, tanto desde la perspectiva geográfica, como en lo que concierne a estructuras, personal e inclusión de maquinaria. 

He ahí el porqué de su ubicación en fincas y fábricas; asimismo, tienen la particularidad de haber comenzado como bienes comerciales, alcanzando la clasificación al convertirse en una expansión de estos.

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¿Qué son los bienes inmuebles (Real property)?

Se acuña bajo este concepto, a la totalidad de bienes físicos enmarcados dentro de los bienes raíces, incluyendo los derechos que dicha posesión le otorga al propietario. Le dotan de la facultad de poder hacer lo que desee con la propiedad.

Aquí se evidencia lo antes mencionado, los bienes inmuebles se refieren a las estructuras físicas levantadas en la tierra, mientras que los bienes raíces abarcan aspectos más allá de los físicos o no forman parte de una estructura creada.

Propiedad personal (Personal property):

A diferencia de los conceptos anteriores, la propiedad personal se refiere a cualquier activo que posea una persona con la salvedad de la propiedad inmobiliaria, como es el caso de acciones, bonos, inversiones o sociedad en las que se incluyan elementos clave, por ejemplo mobiliario, electrodomésticos, vehículos y ropa.

Ejemplos de bienes raíces:

Está claro que los bienes raíces se clasifican de acuerdo a su tipología, por lo que a continuación se enumeran algunos ejemplos de cada tipo:

  • Bienes raíces según su naturaleza y por incorporación: ejemplos claros del primer tipo son el suelo y subsuelo (tranvía, metro y edificaciones), mientras que del segundo, las construcciones. 
  • Según su destino y analogía: la primera categoría corresponde a bienes que sirven para aumentar el valor de bienes raíces principales; dejándole a las hipotecas el ejemplo más básico del segundo. 
  • Bienes raíces por acceso y por representación: los primeros engloban el mobiliario fijo de los bienes raíces principales, por ejemplo, ventanas, puertas y/o cualquier reforma; los segundos, corresponden a las escrituras y registros de titularidad.

¿Son rentables los bienes raíces?

A día de hoy, el sector inmobiliario representa un negocio rentable dentro de cualquier economía, sobre todo, desde la perspectiva de las constructoras o agencias que se dedican de lleno a comercializar casas, apartamentos y fincas, a fin de cuentas, no es difícil encontrar personas que deseen tener su casa propia.

A nivel personal, los bienes raíces también pueden resultar una oportunidad de negocio; actualmente, son muchas las personas que se abocan a adquirir inmuebles para luego arrendarlos, logrando así un sueldo fijo de forma rápida y práctica, ya que no requiere demasiado esfuerzo o dedicación.   

Aunque no se trate de un negocio millonario, puede llegar a ser rentable para aquellos que inviertan en varios inmuebles, por lo que vale la pena, sólo cuando se hace a gran escala, de lo contrario será una inversión costosa de limitada recompensa.