Ahorro
Ahorrar significa apartar una parte de la renta individual de la destinada al consumo, también puede ser visto como el diferencial existente entre los gastos e ingresos de una persona o entidad, por lo que en función del ahorrador y/o del objetivo perseguido, es posible distinguir diferentes clases.
¿Qué es el ahorro?
Se define bajo el término a la acción de separar parte del capital obtenido con el propósito de reservarlo para el futuro; en palabras más simples, corresponde a la porción de los ingresos personales o de una empresa, que se apartan de los destinados a los gastos.
Es así como nace la figura del ahorrador, que no es más que aquel que reserva dicha porción de los ingresos, a fin de cumplir determinados objetivos, entre ellos:
- Levantar poco a poco el patrimonio individual o familiar
- Disponer de una reserva de capital en caso de necesidad o contingencia
- Alcanzar una meta específica, por ejemplo, adquirir un bien, pagar estudios o viajar
- Tener seguridad en el futuro o forjar una herencia.
Principales características del ahorro:
El rasgo distintivo del ahorro es el hecho de ser voluntario, cada persona – o gestor empresarial – determina tanto la cantidad que quiere ahorrar, como el uso que le dará y los términos para aprovecharlos. Esto quiere decir que se fijará de igual manera el tiempo en el que podrá utilizar el capital ahorrado, pudiendo ser a corto o largo plazo.
Asimismo se caracteriza por:
- Ser el diferencial entre el ingreso disponible y el consumo de una persona o empresa
- Solo es posible cuando los ingresos superan a los gastos
- Es facilitador del crecimiento de un país
- Sirve de incentivo a la actividad económica.
La importancia de este concepto económico radica en que se convierte en un fondo para un desembolso a futuro, sea o no en caso de emergencia, por lo que existen tanto diferentes modalidades de ahorro, como de instrumentos financieros enfocados en promover la práctica.
Cuál es el origen del ahorro:
Etimológicamente, la palabra ahorro proviene de “hurr”, – que traducida del árabe significaba libre – sin embargo, y lejos de lo que puede presumirse, no fueron los árabes los primeros ahorradores, el origen del concepto nace en las antiguas civilizaciones, en pueblos que reservaban parte del fruto de sus cosechas para encarar épocas de mayor necesidad.
Sin embargo, no es sino hasta tiempos medievales cuando surge lo que se conoce como sistema de ahorro, cuando en 1462, los monjes franciscanos en un intento por proteger sus bienes, constituye en Italia la primera Organización del Ahorro denominada “El Monte de Piedad”.
El fondo de la organización se forjó con base en limosnas, depósitos en metálico, celebraciones religiosas y ciertas ayudas que ofrecía la Corona, pero no fue suficiente, obligando a sus integrantes al cobro de intereses, surgiendo así los bancos y más tarde, la creación de los primeros cheques de viajero.
Diferencia entre ahorro e inversión
Si bien se puede ahorrar para invertir, ahorro e inversión son dos conceptos totalmente diferentes; mientras que el primero se refiere al capital destinado a la reserva con el fin de disponer de él a futuro, el segundo se vincula al dinero que, aunque igualmente se renuncia a gastar en el presente, tiene el objetivo de revertir en un ingreso adicional.
El riesgo es otro punto distintivo entre ambos conceptos, pues ahorrar supone que el capital estará sin riesgo – indistintamente que se guarde en efectivo o depositado en una cuenta bancaria – seguridad que no se tiene con la inversión, donde si bien es posible una compensación, se asume la posibilidad de perder lo invertido.
Tipos de ahorro
No existe una clasificación exacta de los tipos de ahorro, no obstante, son dos las que cobran mayor importancia, convirtiéndose en las más utilizadas; la primera tiene como eje central al ahorrador, y la segunda el objetivo perseguido.
Clasificación de los ahorros según el ahorrador
Está clasificación se basa en el par de entes principales que rigen la economía, o lo que es igual, el sector público y el privado, teniéndose así:
Ahorro público
Corresponde al ahorro realizado por el Estado, mismo que proviene de la diferencia entre sus ingresos – procedentes principalmente de los tributos – y los gastos.
Ahorro privado
Es el que familias, empresas y otras entidades consiguen acumular proveniente del mismo diferencial, solo que en este caso, los ingresos provienen de los salarios y actividades que realizan respectivamente.
Ahorro nacional bruto (ANB)
El último tipo de ahorro en función del ahorrador es resultado de la unión de los dos tipos antes descritos, por lo que se refiere la totalidad ahorrada por una determinada nación en un periodo de tiempo específico.
Clasificación de los ahorros según el objetivo
De acuerdo al fin que persigue el ahorro en sí, pueden establecerse los siguientes tipos:
Ahorro de emergencia
Como lo indica su nombre, es el ahorro – o parte de este – destinado a solventar el cumplimiento de las obligaciones en el supuesto de dejar de percibir ingresos durante un lapso de tiempo, por lo que tiene que ser un dinero con el que no se debe contar.
Ahorro para los hijos:
Este es uno de los tipos de ahorro más comunes, sea como parte de la planificación antes de su nacimiento, durante su crecimiento o para sus estudios universitarios.
Ahorro para la jubilación
Si bien la mayoría de los países cuenta con su propio sistema de pensiones, algunos se inclinan por una postura previsora reservando parte de sus ingresos mensuales a un fondo que le permita vivir mejor luego de jubilarse, más allá de los obtenidos por el pago de los impuestos a lo largo de su desempeño laboral.
Ahorro con objetivo definido
En este renglón se engloban múltiples posibilidades, desde la adquisición de un inmueble o coche, hasta la realización de un viaje.